Por qué algunos motores fallan en invierno (y otros no): el papel invisible del sistema eléctrico
Publicado el 22 de noviembre de 2025
Cada año, cuando llegan las primeras semanas de frío, aumentan las llamadas de emergencia por motores que arrancan peor, pierden potencia o empiezan a dar fallos intermitentes.
Aunque todo apunta al motor, la causa real suele ser mucho más silenciosa: el sistema eléctrico.
Aquí tienes los datos que más afectan al rendimiento de los motores en invierno y por qué conviene revisar la parte eléctrica antes de que aparezcan los problemas.
1. El frío reduce la capacidad de las baterías entre un 20% y un 40%
Poca gente lo sabe, pero es uno de los datos más relevantes de la temporada.
Cuando la temperatura baja:
la batería entrega menos corriente
el motor de arranque gira más lento
el aceite está más viscoso
y el primer arranque del día se vuelve crítico
Un motor que arranca sin esfuerzo en verano puede tener dificultades en noviembre.
2. Los sensores trabajan peor cuando hace frío
En los motores modernos, los sensores son tan importantes como la inyección o el combustible.
Y las bajas temperaturas pueden alterarlos:
Lecturas de presión ligeramente desviadas
Valores de temperatura incoherentes
Señales de posición inestables
Pequeños retrasos en la comunicación con la ECU
Todo esto genera fallos que parecen mecánicos, aunque el problema está en la señal eléctrica.
3. El alternador trabaja más para compensar
En invierno, el alternador:
tiene que recuperar baterías más descargadas
trabaja con más resistencia mecánica
sufre más si las correas están frías o envejecidas
Una caída en la carga del alternador puede provocar:
ralentí inestable
regeneraciones más frecuentes del DPF
e incluso sobreconsumo de combustible
4. Cables y conectores: el enemigo silencioso del invierno
Cuando hace frío, los cables se vuelven más rígidos y pierden flexibilidad.
Los conectores pueden condensar humedad, y eso genera:
Pérdidas de señal
Cortes intermitentes
Fallos aleatorios bajo carga
Dificultad de arranque “solo a veces”
Estos son los fallos más difíciles de diagnosticar porque no siempre dejan códigos de error claros.
5. ¿Por qué un fallo eléctrico puede aumentar el consumo de combustible?
Esto sorprende incluso a técnicos con experiencia: si la señal eléctrica que regula la inyección es inestable, el motor intenta compensarlo aumentando la cantidad de combustible.
Aunque el motor esté perfecto mecánicamente, el consumo sube.
Es uno de los efectos secundarios más típicos del invierno.
6. Señales de que tu motor puede estar desarrollando un problema eléctrico
Si aparece alguno de estos síntomas, la causa suele ser eléctrica, no mecánica:
Arranques más lentos de lo habitual
Pantallas o luces que parpadean
Ralentí inestable a primera hora
Pequeños tirones bajo aceleración
Regeneraciones del DPF más seguidas
Subida del consumo sin razón aparente
Identificarlos a tiempo evita averías costosas en plena temporada de frío.
7. Por qué conviene revisar la parte eléctrica justo ahora
Antes del invierno, una revisión eléctrica completa aporta datos muy valiosos:
Estado real de la batería (capacidad, no solo voltaje)
Carga efectiva del alternador bajo diferentes regímenes
Resistencia de cables y continuidad
Sellado y limpieza de conectores críticos
Estado de sensores clave
Este tipo de revisión prolonga la vida útil del motor sin tocar el motor.
En otoño e invierno, la mayoría de fallos de grupos electrógenos, maquinaria de obra y motores estacionarios suelen comenzar en la parte eléctrica, no en el bloque del motor.
Por eso muchas empresas aprovechan estas semanas para:
renovar alternadores,
sustituir baterías,
cambiar cableados envejecidos
o actualizar componentes eléctricos envejecidos.
Con los descuentos en equipo eléctrico activos este mes, es un buen momento para reforzar esta parte de la maquinaria antes de que llegue el frío más intenso.
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